PESO:   No:101



De madrugada en mi lecho,

contricto estoy y de hecho;

un rezo quiero entonar,

que me resguarde del mal.

-

Entonces, surge Tu Nombre,

Dios, Amo y Señor de hombres;

un escudo protector,

para una buena labor.

-

Y te pido, compungido,

protección para los míos;

que en todo tramo el camino,

tenga, tus pasos divinos.

-

Sé, que aclarando este día,

vas a hacerme compañía;

por favor, toma mi mano,

y caminemos como hermanos.

-

Que reconfortante es,

dejar atrás la altivez;

que lleguemos a destino,

con nuestro guía divino.

Pero, no a todos es dado,

pesa mucho su pecado.

-

Mas, todo peso es liviano,

cuando es pesado en Tu Mano.



Humberto  Restrepo.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

meta