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SUEÑO:   No:79 

No hace mucho tiempo experimente una situación que no logro a la fecha explicarme.

De madrugada desperté de súbito con una gran sensación de amor y paz; mi cuerpo mis sentimientos intuían la presencia de Dios en mi habitación, llevado de un sentimiento de gratitud por el sublime momento, decidí darle las gracias al Creador, utilizando la herramienta que mejor manejo, "la palabra"; así que le escribí un verso glorificándolo.

Terminé mi poesía al Señor  y al final, como nota escribí; " si fue de tu agrado ", dímelo, sé Tu, mi mejor juez.

Lo primero que hice al despertarme en la mañana fue abrir la ventana para respirar el fresco aire matutino; al hacerlo, mi corazón se impactó con el horizonte revelado a mis ojos.

Amarillos, rojos, naranjas, grises, blancos, negros, se entremezclaban en armoniosa policromía, formando un cuadro de irreal hermosura, digno de una postal.

Una nube blanca de mediano tamaño coronaba la escena; parecía formar una letra, la "L", la inicial de mi nombre, entonces pensé, "he ahí, su respuesta".

Tomé mi celular y grabé la escena, como prueba del milagro, nada mas, que un cuadro salido de su celestial pincel  .

Terminada la cena, que era el momento de intercambios y opiniones, pregunté a la familia, como quién no quiere la cosa, ¿ que les pareció el amanecer ?, del día; sino fue en verdad majestuoso.

Me miraron como si fuera de otro mundo y desvariara y a una sola voz gritaron, " pero si llovía "; ' de que cielo hablas ?. Sonriente tomé mi celular y abriendo el vídeo filmado en la mañana, observe un cielo negro y tupido de nubarrones que amenazaban tormenta.

Entonces, entendí, mi escrito fue, solo para el corazón de Dios y me lo premia con la hermosa postal, " solo para mis ojos ".

Humberto  Restrepo.