SE VENDE POESIA   No: 63

Paseaba de compras por el centro de la capital, sin percatarme llegué al área donde están ubicados los negocios de curiosidades; ventas de discos antiguos, libros con títulos caducos, en fin, una gran variedad de cosas extintas.

En mitad de la cuadra, una puerta parecida a una enorme boca, adornada por dos columnas de cemento, daba paso a un largo y animado pasillo con pequeños negocios ubicados a sus lados.

Llevado por la curiosidad y un raro presentimiento de encontrar ahí, algo fuera de contexto, me aventuré en él caminando despacio hasta su final.

A punto de terminar mi recorrido y devolverme, mis ojos se fijaron en un insólito cartel que no había visto. En un trozo de cartón ordinario y colgado del cuello de un descascarado maniquí femenino, escrito a mano con marcador negro, decía: " SE VENDE POESIA "; una torcida flecha en la parte baja señalaba la ruta a seguir.

Intrigado fui tras ella, llegando a un pequeño cubículo con puertas corredizas y toqué un par de veces; abrieron invitándome a seguir. Ya dentro en un pequeño espacio, sentado en un viejo pupitre, un hombre de unos cincuenta años, algo obeso y baja estatura, sin un solo pelo en la cabeza y cara, me saludó cordial ,señalando una silla con una mano y con la otra un cartel pintado sobre lo que parecía ser la puerta del baño, Me fijé y leí entonces:   

MOTIVO DEL ESCRITO:                               PRECIO: Us.

AMOROSAS.                                                    10,00

ALEGRES.                                                         08,00

TRÁGICAS.                                                       10,00

MOTIVADORAS.                                               08,00

NOTA: satisfacción garantizada.

Fijé la mirada en el personaje frente a mí, preguntándole; ¿ tú eres el poeta ? y me respondió con una amplia sonrisa que dejaba entrever una perfecta dentadura, " único relevante en él ". Por un instante pensé que tal vez debía cambiar mis conceptos sobre la imagen de los poetas; altos, viriles, altivos. de mirada soñadora e impactante gracia, lo que tenía al frente era la antítesis de esto.

Pensé que la mejor manera de apearlo de su pedestal era, " comprándole poesía ", así que le dije: una estrofa, a la madre y dime su costo. No contestó, entornó los ojos mirándome desafiante y tomando papel y lápiz, comenzó a escribir.

Cinco minutos después, me extendió la hoja sin doblarla, en una preciosa caligrafía e impecable ortografía, decía:

A LA MADRE:                          Si de niño, te hubiese conocido,

                                                    este verso jamás, habría nacido;

                                                    los hombre que madre, no tuvieron,

                                                    versos forjan, a cambio de dinero.

 Nota: un obsequio, las madres no tienen, PRECIO.


Silencié mis pensamientos y solo que decir, que al despedirme, una furtiva lágrima humedeció mi mejilla-


Humberto  Restrepo:







Comentarios

Entradas más populares de este blog

meta