SEX_O:   No:48


Como no unir la palabra,

cuando dos cuerpos se hablan;

entrelazándose unidos,

llegan, al edén perdido.


Cuatro letras solamente,

esta palabra demente;

enloquece los sentidos,

y acelera los latidos.


Fácil es de pronunciar,

sencilla de ejecutar;

los incierto resultados,

fosas miles, han cavado.


El inigualable goce,

nos vuelve lobos feroces;

ese instante de locura,

destroza, toda bravura.


Cuando esta lucha termina,

en el alma, ya germina;

una semilla de paz,

que nos hace descansar.


Y bendecimos a DIOS,

por el placer que nos dio;

al cometer, el pecado,

fríamente, calculado.


Humberto Restrepo:



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