IRONÍA:   No:47


El incesante y fuerte llanto del bebé dentro de la caja de cartón crispaba los nervios, era tan alto que en plena hora pico de movimiento, era imposible ahogarlo. La esquina, donde la joven madre mendigaba,era central y concurrida.

A tres metros en un portón condenado al trafico , fuera del andén, se hallaba el niño en su caja de cartón, tenía unos cuatro meses. Era imposible a simple vista asociarlo con la mujer ahí presente; ella, flaca   y desmirriada, de pechos fláccidos y caídos, mostraba en su rostro los estragos del hambre; el niño por el contrario, de mejillas y labios colorados derramaba vitalidad y salud.

Con una voz chillona, la mujer imploraba la bondad de los transeúntes, acercándoles casi a la cara un desportillado pocillo, para echar la limosna.

Esperaba el cambio de luz, desde mi vehículo observaba la escena y el escenario; noté con claridad la robustez del niño , y me dije: la naturaleza es sabia no hay duda, lo dotó para resistir los primeros meses, los pechos de la madre, no serán solución; pero si ella es sabia, la vida es irónica, porque al arrancar y pasar junto a ellos, leí en la cara frontal de la caja su publicidad: BABY PAÑALES-EDICIÓN DORADA-SOLO PARA PRÍNCIPES..


Humberto Restrepo.




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